miércoles, febrero 27, 2008

¿Terrorismo machista?

Hace unos meses, mi querido ególatra español, Arturo Pérez-Reverte escribía lo siguiente en su artículo del Semanal XL:

«Se veía venir. Ley contra la Violencia de Género, la han llamado. Pese a los argumentos de la Real Academia Española, el Gobierno del talante y el buen rollito, impasible el ademán, se ha pasado por el forro de los huevos y de las huevas los detallados argumentos que se le presentaron, y que podríamos resumir por quincuagésima vez diciendo que ese "género", tan caro a las feministas, es un anglicismo que proviene del puritano "gender" con el que los gringos, tan fariseos ellos, eluden la palabra "sex". En España, donde las palabras son viejas y sabias, llamar violencia de género a la ejercida contra la mujer es una incorrección y una imbecilidad; pues en nuestra lengua, género se refiere a los conjuntos de seres, cosas o palabras con caracteres comunes –género humano, género femenino, género literario–, mientras que la condición orgánica de animales y plantas no es el género, sino el sexo. Recuerden que antiguamente los capullos cursis llamaban sexo débil a las mujeres, y que género débil no se ha dicho en la puta vida».

Tiene toda la razón el buen hombre. A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Violencia doméstica, parece el término más adecuado para definir esta ¿nueva? lacra social que día tras día va cobrándose nuevas víctimas. Pero resulta que hace ya unas semanas vengo escuchando a Àngels Barceló y a otros de sus colegas de profesión, referirse a estos terribles sucesos como terrorismo machista, que suena tan pomposo como brutal; pero cuando uno reflexiona sobre el significado etimológico y jurídico de las palabras... siente como una patada en la boca del estómago. "Terrorismo", según el diccionario de la R.A.E. es una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. A uno no le queda del todo claro si esa sucesión de actos de violencia ha de infundir terror "en general", o terror concreto en la víctima particular (yo me decanto por la primera de las opciones). En cualquier caso, tras décadas de terrorismo etarra, uno tiende a identificar la palabra "terrorismo" con la pertenencia, actuación o colaboración con bandas armadas cuya finalidad sea la de subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública (cometiendo delitos contra las personas, de estragos, incendios, depósito de armas, explosivos...) que es más o menos como lo contempla nuestro Código Penal.

No sé a ustedes, pero a mí la expresión "terrorismo machista" me evoca una actuación reiterada y organizada que, mediante actos violentos y atentando contra la libertad y la integridad de las mujeres, estuviese infundiendo el terror generalizado en las personas de sexo (que no de género) femenino. Vamos, incluso una mente imaginativa podría llegar a creer que existen bandas de machistas que van por ahí quemando autobuses, lanzando cócteles molotov contra las sedes del Instituto de la Mujer y amenazando a todas y cada una de las mujeres de espíritu moderno, libre e independiente. En ese caso, el terror se habría apoderado de la mujer de hoy en día ante la amenaza general a la que estarían sometidas. Así, nuestras madres y esposas; nuestras novias y amigas; nuestras hermanas y nuestras primas serían presas del pánico y vivirían el día a día bajo la constante amenaza de ser "ajusticiadas" por grupos machistas. Pero no solo ellas, sino que todos los seres queridos de estas potenciales víctimas vivíriamos con el miedo metido en nuestros cuerpos, creyendo que cada minuto compartido con esa mujer a la que apreciamos tanto podría ser el último.

Esa es la realidad social que puede llegar a evocar la desacertada expresión "terrorismo machista". Pero sin necesidad de llegar al extremo de la exageración descrita, el terrorismo ha de infundir terror, creo yo, no sólo a la víctima en cada caso, sino también a las demás personas que compartan rasgos comunes. Cierto es que los delitos de violencia domestica se podrían detectar con tiempo suficiente si la justicia actuase de modo eficaz, pero también existen numerosos casos en los que donde ayer había caricias, hoy hay un bofetón y al mes que viene la mujer ha muerto víctima de una paliza. Entonces, ¿la realidad descrita por este supuesto "terrorismo" es que toda mujer vive con el miedo de ser vilmente asesinada por su pareja? Pues no sé, luego se lo pregunto a mi novia a ver qué opina; pero algo me dice que de ser así, nunca me pediría que la acompañe hasta el portal de su casa...

Àngels, ¿ve usted lo que pasa por usar expresiones inapropiadas?, pues que me hace sacar las cosas de quicio... Dígales a sus compañeros de profesión que utilicen la expresión violencia doméstica (lo de "doméstica" es porque se produce en el ámbito doméstico o de las relaciones familiares o de pareja; ya que no siempre la violencia ejercida lo será por motivos machistas). Pero usted siga en su línea y continue diciendo "terrorismo machista" que le queda de rechupete.
Con cariño Àngels.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es el único comentario que, por ahora, quiero hacer al respecto de su rechazo a reconocer la existencia del Terrorismo Machista:

http://www.ahige.org/foros/viewtopic.php?t=578

Atte.:
Fiona

Lord Derfel Cadarn dijo...

Los datos estadísticos que ofreces son muy esclarecedores, no obstante sigo creyendo que la palabra terrorismo no es la más correcta para definir esta lacra social, ni desde el punto de vista etimológico ni desde el punto de vista jurídico penal.

Rechacemos la violencia doméstica con todas nuestras fuerzas, alcemos nuestra voz ante cualquier acción discriminatoria y sexista pero, por favor, llamemos a las cosas por su nombre.

Lord Derfel Cadarn dijo...

Dicho esto, me parecería insólito comenzar una discusión sin fin acerca de cuestiones de terminología. Por lo que veo, estamos del mismo lado y lo importante es luchar contra esa miseria de nuestra sociedad que cada semana se cobra nuevas víctimas inocentes. Lo demás, podéis calificarlo de paja mental o manía mía, de Pérez-Reverte o de Àngels Barceló.