A vueltas con las V.O.S. en Zaragoza

Hace unos días, un lector de Heraldo de Aragón mostraba su enfado (en la sección de «Cartas al director») respecto a la ausencia en Zaragoza de cines en versión original. Estaba francamente indignado: "Es incomprensible -decía- que en una ciudad con 700.000 habitantes no exista ni una sola sala (a excepción de la Filmoteca) que exhiba los films en V.O.S."

Yo estoy con él. Como he reivindicado siempre, la mejor forma de ver una película es, sin lugar a dudas, en su versión original, tal y como fue concebida por su director. Porque un buen director hace varias tomas de una misma escena hasta dar con la interpretación adecuada, lleva de la mano a sus actores para que entonen una frase con determinado énfasis, les indica la intensidad que debe reflejar su llanto cuando muere el galán de turno… Y todo este trabajo se tira a la basura con las versiones dobladas en las que, por mucho que se esfuercen los actores de doblaje, nunca se consigue el efecto deseado por el auténtico creador del film, que no es el director de doblaje, sino Woody Allen, Steven Spielberg o Clint Eastwood.

Vuelvo al tema porque acabo de escuchar en la radio a Roberto Sánchez (crítico cinematográfico de «Hoy por Hoy Zaragoza» –Cadena SER-) reivindicando el cine en V.S.O. Comentaba que había aprovechado su paso por Madrid para ver «Pozos de ambición» en versión original. Era el día del estreno y el cine estaba hasta los topes, lleno absoluto, pero… ¡¡En V.O.S.!! Algo impensable en Zaragoza (luego les diré el porqué, aunque no es muy complicado deducirlo). Roberto Sánchez alababa la interpretación de Daniel Day-Lewis y al mismo tiempo se horrorizaba al escuchar el doblaje al castellano (la misma sensación tuve yo hace unos días al oír el doblaje de Bardem en «No es país para viejos»). Tampoco comprende el Sr. Sánchez (y un servidor lo entiende menos aún) que «Sweeney Todd» mantenga “la parte musical” en versión original, y sin embargo doble el resto del metraje… Typical spanish! (¿se imaginan «The Rocky Horror Picture Show» con las canciones en inglés y los escasísimos diálogos en castellano? Yo no, pero todo es posible en esta vida). No sé qué resulta más ridículo, escuchar a Jack Skellington –«Pesadilla antes de Navidad»- cantando en español o eso de que no doblen las canciones en «Sweeney Todd» y que luego Johnny Depp tenga voz de eunuco castellano cuando no canta. Está claro que muchos doblajes son capaces de cargarse una buena película. Y, al contrario, una película del montón gana mucho si la ves con sus voces originales.

¿Qué ocurre en Zaragoza? Eso mismo pregunté yo hace meses en el foro de Cines Renoir, y Daniel Bajo (responsable de Altafilms) me contestó muy amablemente diciendo que “hay mucha gente que se queja (de) que en Zaragoza las exhibimos en versión doblada. La realidad es que cuando llevamos alguna peli en V.O.S. la gente no viene (al cine) y perdemos dinero. A veces hay que tomar decisiones así, al fin y al cabo somos una empresa que vive de los resultados!”.

Pues eso.

Nuestro gusto por las películas dobladas es una clara herencia del Franquismo. Don Francisco no tenía ni zorra de inglés, pero le encantaba el cine de Hollywood (siempre y cuando no exaltaran el comunismo, la masonería y el libertinaje, por supuesto). De modo que decretó que todas las películas proyectadas en España fueran dobladas al castellano. Con la muerte de Franco nos libramos (entre otras cosas) de la ridícula censura, pero no de las, a veces también ridículas, versiones dobladas. Habrá que morir con ello.