jueves, diciembre 21, 2006

Spain is different

Los españoles tenemos un peculiar concepto de nuestros ex presidentes. Los que salen mejor parados son Suárez y Calvo-Sotelo. Respecto a éste último simplemente sentimos una total indiferencia. Respecto al primero ¿qué podemos decir?, sólo que fue el presidente ‘elegido’ para la transición democrática, y que cuando acabó su ciclo le echaron sin más.
Pero cuando el español medio (el que ideológicamente no está casado ni con el PSOE ni con el PP) ve una imagen de González o de Aznar en la tele, lo que suele sentir es asco.
Quizás el asco hacia Felipe González se deba al GAL, al caso Filesa, a Roldán, y principalmente porque se nos ha quedado grabada en la mente la idea de que Felipe González es un CHORIZO. Un chorizo que no está en la cárcel, pero un chorizo a fin de cuentas. Aunque a veces me pregunto: ahora que está tanto de moda decir que el Gobierno y el Parlamento controlan a los jueces ¿cómo es que el PP no procesó a González? Dispuso de 8 años para hacerlo, así que… tiempo no le faltó. Pero da igual, para nosotros González es un chorizo y morirá siendo un chorizo, no hay más vuelta de hoja.
Reconozco que yo también siento un pelín de asco cuando veo a Felipe González. No sé si será porque está viejo e hinchado o porque cuando habla lanza esputos (o felipos, de ahí su nombre). Ambas son buenas razones.
¿Y qué puedo decir de Aznar? ¿Con ese nuevo y moderno ‘look’ y esa elegancia introduciendo bolígrafos en los canalillos españoles? Pues lo mismo que con González, el sentimiento general es de asco. José María Aznar es un señor que representa a la España subordinada al gran Imperio (yo prefiero una España rebelde antes que eso). Me viene a la mente la foto del ménage à trois de las Azores. También lo seguimos identificando con un partido político que ha demostrado tener un mal perder –“¡Nos han robado las elecciones!”-. Un partido que no entiende que el 14M fue resultado de la desconfianza que se había generado respecto a la gestión de determinados asuntos; que no entiende que la sociedad española quiso castigarle con su voto para que rectificase esa actitud y esa forma de actuar. Pero sobretodo, un partido que ha manifestado un desprecio absoluto hacia el criterio de los electores, el criterio del pueblo español. –“¡Nos han robado las elecciones!”- repiten una y otra vez. Un partido que piensa así tiene un concepto deficitario de lo que implica la palabra democracia.
Y es que, alguno parece estar fuera de lugar, parece que vienen de otro tiempo. Algunos serían más felices en la época del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo…”
La historia acaba poniendo a cada uno en el lugar que se mere. ¿Dónde pondrá a ZP? No me atrevo a pronosticarlo aun…

4 comentarios:

Bren dijo...

Bueno... un par de cosas, a ver que piensas:

- Hablas de la opinión de los españoles partiendo de la base de que la mayoría no es tendenciosa, pero creo que es al contrario; pregunta a los del PP qué piensan de Aznar, y a los del PSOE del homólogo; el Gobierno sale de las mayorías y una parte importante de la correspondiente mayoría son votantes fijos del partido.

- Si un país "va bien" para la mayoría, es de esperar que el partido que está en el Gobierno vuelva a ser elegido (tampoco cambiamos al candidato a la Presidencia, que si no entramos en estrategias de marketing chungas); en cambio se le da patada en el culo cuando el pueblo está quemado, y de ahí que el último recuerdo que tenemos del antiguo presidente sea por aquello que se hizo mal o por lo que menos gustó, si no eres un acólito (ver punto anterior).

- Spain is not so different; en otros países también pasa algo parecido, la política llega a ser un espectáculo: sin ir más lejos lo que pasó hace relativamente poco en Ucrania o Hungría, y ya algo más amable,Schröder saliendo aún en el guiñol alemán o Yeltsin bailando la canción de los pajaritos todo mamao o tocándole el culo a una política, que... qué remedio, se tuvo que reir (cuuuiiñaaaaoooouu, que majo el Vladi!!) y eso es lo que nos llega!

Un saludo!

Lord Derfel Cadarn dijo...

Estoy de acuerdo con la mayoría de lo que dices, pero eso no está reñido con el tono de mi 'post' (salvo por mi crítica a ambos ex-presidentes).
En general, creo que el pueblo sale quemado cuando ve que sus dirigentes no le toman suficientemente en serio. "Soberanía popular" y esas cosas, no todo consiste en que un país 'vaya bien' en térmisno económicos o socialmente hablando, si no la calidad democrática de un Estado. Últimamente, con el anterior Gobierno, eso estaba oliendo muy mal.
Y si le preguntamos a Urdaci seguro que opina como yo, cojones ya!!

Shirayuki Hanami dijo...

A mi es que la política cada dia me gusta menos (y nunca me ha gustado...) Porque realmente parece que quieren llegar al poder para hacer lo que a ellos les parece bien, la opinion popular la consideran lo justito... y los que no ganan en lugar de establecer dialogos y debates costructivos en el parlamento (que se supone que para eso está) lo que hacen es o degradar y crear discordia en la opinion publica para tratar de arañar unos votillos, o bien sobornar con pactos pero barriendo para casa y exigiendo de todo...

En fin, que me parece que el sistema este que tenemos no es perfecto, que sepodría cambiar algo, porque hoy por hoy no hay separación de poderes entre legislativo y ejecutivo, porque los que ganan escogen a su presidente del gobierno y hacen las leyes como quieren... a no ser que no tengan mayoría, entonces no se ponen de acuerdo ni a la de tres y no se avanza nada o sale cada churro que para qué...

que decepción!

Lord Derfel Cadarn dijo...

Y aparte de la ficticia división de poderes, existe un problema con el modelo de participación democrática, que no está a la altura de los tiempos que corren. Es algo de lo que se habla mucho entre los expertos en politología y demás. Y es algo que alguna vez he intentado explicar en el "Escocia" pero que nunca se me ha tomado en serio (a veces la cerveza causa ese efecto en la gente). Estamos con un modelo que proviene del siglo XIX, cuando estaba realmente justificada la democracia representativa. Hoy, en un mundo globalizado y en una sociedad de la información, parece que han caducado ciertos principios del sistema. No digo que el ciudadano deba participar en absolutamente todas las decisiones, ni mucho menos. Pero hay un sentimiento generalizado, cada vez mayor, de que algo no va bien. De que la política y la forma de administrar de los Gobiernos no es eficiente, y de que lo clase política nos toma por el pito del sereno. Eso, a la larga, podría llevarnos a una nueva revolución, tal vez más pacífica y civilizada, pero una revolución en toda regla.
Lo único que no caduca es la idea de 'Soberanía popular'.