jueves, abril 17, 2008

TRASVASES SÍ, OTAN FUERA!!

Sarcasmos al margen: el entramado mediático-propagandístico de este Gobierno socialista es digno de alabanza. Hasta hace un par de semanas se nos venía diciendo (con muy buen criterio, por cierto) que los trasvases de unas cuencas a otras no son la solución. Muchos argumentos esgrimían los medios afines al PSOE; algunos, los que más me convencen desde un punto de vista pretendidamente objetivo, los podéis ver en mi viejo post.

Por eso me cogió por sorpresa el telediario de La Sexta, cuando trató el drama de la sequía en nuestro país. Matizaré que no me sorprendió el hecho en sí (a nadie debe sorprenderle que los medios informen sobre el gravísimo problema del agua) sino el más bien el “cómo”, la manera en que fue tratada la noticia. Más perplejo me quedé al cambiar al telediario de TVE1 y ver un reportaje gemelo del emitido minutos antes en La Sexta. El espectador que vio dichos reportajes pudo comprobar cómo, mientras en Barcelona falta agua, el Ebro a su paso por Zaragoza rebosa por sus turbias orillas (qué casualidad que el Ebro sólo es capturado con las cámaras cuando alcanza su caudal máximo anual). Escuchamos los testimonios de habitantes sedientos que reclaman el agua que, dicen, “se pierde” en el mar; para después ver a un maño con profundo acento negándole ese supuesto derecho. La conclusión que uno extraía es que tenemos una España húmeda que puede, pero no quiere, abastecer a la España seca.

Uno lo flipa, piensa que los periodistas de verdad estaban de vacaciones o bien se pasaron el código deontológico por el forro de los cojones. El ciudadano de a pie quiere que los profesionales de la información nos tengan bien informados, y para ello solicitamos una información veraz, contrastada y completa, pues una verdad a medias no deja de ser una mentira. Esas prisas por legitimar el trasvase y esa manera de emitir una información parcial y sesgada del problema del agua me hizo llegar al convencimiento de que estábamos ante el inminente anuncio de un trasvase del Ebro. Porque si no, yo no me explico por qué en los reportajes aludidos se obviaron cuestiones tan importantes como:

- ¿Es correcto y justo llamar “España húmeda” a los territorios situados en la cuenca del Ebro por el único hecho de que dicho río sea el más caudaloso del país?

- ¿Cuáles son los remedios a nuestro alcance para colmar la sed de todos los españoles? ¿Cómo lograr a medio y largo plazo, de un modo más eficaz y eficiente, ese “agua para todos”? ¿Están seguros de que la solución la tiene el Ebro? Y, con este trasvase, ¿cuánta agua se perderá por el camino hasta su llegada a Barcelona? ¿de verdad será un agua de calidad la que llegará? ¿necesitará un tratamiento específico para convertirla en agua de boca que incrementará más aún los ya de por sí elevados costes del trasvase?

-¿Es legal un trasvase de estas características? ¿Qué dicen las Directivas Europeas a este respecto? ¿Permiten estas obras y las financian o, por el contrario, las prohíben y, además, sancionan a los países que las llevan a cabo?

Esta vez, como otras muchas, los periodistas dejaron pasar por alto la posibilidad que tenían a su alcance para ilustrarnos con una dosis de labor pedagógica, en vez de filtrar unos reportajes que tratan la realidad de modo escandalosamente fragmentado. En este caso los periodistas actuaron, no como profesionales, sino como mercenarios a sueldo; allanando el terreno para un eventual trasvase del Ebro, introduciendo deliberadamente juicios de valor en la conciencia social para que al Gobierno le resultara más fácil legitimar un trasvase que, al parecer, ya estaba decidido, no desde ayer, sino desde hace un par de semanas.

Al margen del tratamiento periodístico, opino que estamos ante el primer gran patinazo de esta legislatura. No se puede prometer en una campaña algo que no puedes cumplir. O te callas, o acabas pagándolo como es el caso. Nos dicen los medios afines al Gobierno que estamos ante un empalme del agua que le sobra a los regantes de tarragona y que se les va a comprar esos excedentes. Aquí yo me lío un poco, porque yo pensaba que el agua de los ríos pertenecía al dominio público hidráulico; sin embargo, estos regantes deben de disponer de una licencia o ciertos derechos de propiedad (no de uso, porque no se compra algo a un usufructuario sino al propietario); y la Hacienda pública –Hacienda somos todos-, tiene que compensar económicamente a los regantes por esa expropiación de la propiedad del agua… Es como la pescadilla que se muerde la cola, al menos, así lo veo yo.

Y ya veremos qué dice la Comisión Europea con el nulo respeto al principio de unidad de cuenca… ¿No nos saldrá demasiado caro esta “transferencia de aguas”? Ya lo veremos. Ahora bien, si de verdad era ésta la mejor solución y la más eficiente, bienvenida sea. Pero permítanme que lo ponga en duda. En fin, que digo yo que este trasvase es un parche transitorio para no dejar morir de sed a los barceloneses mientras terminan su desaladora. Pero… ¡menudo parche, oiga!

Trasvase para unos; banderitas americanas para otros!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Está bien que traigas este tema a tu blog. Lo has hecho otras veces y nos ilustras; ya que, para los que no lo sepáis, Derfel es bastante especialista en temas hidráulicos y en el derogado PHN. Por lo menos, aunque te metas con César Vidal, ya sabemos que éste no es blog a sueldo del Gobierno, jeje. Enrique.

Anónimo dijo...

¿Pero qué es esa cochinada de la farmacéutica, que no recomiendas? Enrique.

Lord Derfel Cadarn dijo...

La Farmacéutica es una basurilla que la Editorial SWING nos ha querido colar como novela erótica best-seller en Francia, cuando en realidad no es más que pornografía cutre y mal escrita.

Para colmo, el autor anónimo "Esparbec" se vanagloria de ser un redescubridor del sexo en la literatura, trata de ridiculizar el género de la novela erótica como si sólo mereciera la pena lo que sale de su pluma. Pero La Farmecéutica no me pone lo más mínimo, la verdad...