jueves, diciembre 20, 2007

«El Castillo en el bosque», de Norman Mailer


Recuerdo haber leído a finales de septiembre de 2007 una entrevista a Norman Mailer publicada en el Semanal XL. En ella se presentaba su última novela «El Castillo en el bosque» (una especie de biografía-ficción acerca de la infancia de Adolf Hitler) y el entrevistador preguntaba al autor si tenía pensado continuar escribiendo sobre el Hitler maduro, a lo que Mailer contestaba que eso dependía en gran medida del éxito y la aceptación que tuviera «El Castillo en el bosque», pero añadía que pasada la barrera de los 80 años ya no pensaba escribir nada grande, que las obras memorables de la literatura se escriben cuando se es joven y se tiene la mente clara (o algo así fue lo que dijo, ¡maldita sea! no he encontrado la entrevista completa, pero esto es lo que recuerdo de ella muy someramente).

Las palabras de Mailer resuenan hoy en mi cabeza como una especie de profecía funesta. Tan solo unas semanas después (10 de noviembre de 2007), Norman Mailer fallecía aquejado de una enfermedad cardiovascular. La editorial Anagrama tenía casi lista la primera edición en castellano de «El Castillo en el bosque», que salió a la venta dos semanas después del fallecimiento del autor, y se da la paradoja de que no hubo tiempo para actualizar su biografía que aparece siempre en la solapa de cada novela. Esto me hizo pensar que, puesto que llega un momento en el que los grandes artistas alcanzan el don de la inmortalidad, ya que sus obras perdurarán hasta más allá de la eternidad, verdaderamente no importa tanto saber cuándo murió el artista sino cuándo vivió, cómo vivió y qué es lo que hizo en vida. En lo que a mí respecta W. Amadeus Mozart, Luis Buñuel, Freddie Mercury o Franz Kafka están tan vivos como cualquiera de nosotros.

Bueno, dejemos de desvariar y vamos a lo que vamos. Hablemos de su última novela (les invito a que lean la curiosa reseña de la editorial Anagrama). Estoy seguro de que siendo la última novela de Mailer, «El Castillo en el bosque» habrá sido un éxito de ventas. También estoy convencido de que la mayoría de esos compradores compulsivos tardarán meses en abrir el libro y ponérselo a leer y, una vez extinguido el fervor inicial que provoca el hecho de tener aún el cadáver de Mailer caliente, leerán esta novela con escaso interés; y pocos, muy pocos, pasarán de la página 200 (esto tampoco es nada insólito ¿acaso alguien es capaz de creerse que «Vida y destino», que tanto y tan bien se está vendiendo en nuestras librerías, se la lee todo el que la compra? Pues eso).

Una vez más, el contenido de la novela tiene poco o nada que ver con lo que nos vende la contraportada. Pero todo buen lector debe sobreponerse ante semejante contrariedad y superar los prejuicios y expectativas que puedan provocar las patéticas reseñas editoriales.

MANUAL DE INCESTO Y APICULTURA

Algo verdaderamente destacable de «El Castillo en el bosque» es la identidad y condición de su narrador, Dieter, algo que no se revela hasta casi la pág.100, pero como el listo que hizo la reseña de la edición española lo suelta sin tapujos en la contraportada del libro, yo no me voy a quedar atrás: el narrador es nada más y nada menos que un emisario de Satanás, quien sigue la trayectoria de Adolf Hitler desde el mismísimo día de su nacimiento. Un narrador de lujo, vaya. Y es precisamente cuando se nos descubre su verdadera identidad el momento en el que la novela empieza a cobrar mayor interés.

Si a esto le añadimos lo que a priori parece ser el pretexto de la obra (establecer una especie de conexión entre Hitler y el Maligno, del mismo modo en que Jesús Hombre llevó la palabra del Señor a la tierra) tenemos una novela prometedora. Pero quizá Norman Mailer era más consciente que nosotros de la verdad que contenían las palabras de su última entrevista. Aunque «El Castillo en el bosque» contiene pasajes memorables y es en definitiva una obra notable y de gran factura, no es menos cierto que uno tiene la sensación de que algo que prometía ser grandioso se queda en agua de borrajas. El autor, a pesar de su dilatada experiencia, no sabe aprovechar el tirón del argumento ni el enorme potencial de su narrador. Bueno, a ratos sí y a ratos no.

Una vez agotado el filón del árbol genealógico de la familia Hitler, la novela va perdiendo parte de su interés. La obsesión de Alois (papá Hitler) por la apicultura puede resultar tan curiosa como tediosa. De hecho, a ratos se me hizo incomprensible el afán de Mailer en describir tan minuciosamente el arte de la apicultura. Si trataba de establecer alguna suerte de paradoja metafórica o de metáfora paradójica... yo diría que para ese viaje no eran necesarias semejantes alforjas. Pero en fin, en esto, como en todo, también dependerá mucho del lector.

No obstante, merece la pena superar el bache que suponen los prejuicios y la apicultura. En realidad esta novela es un retrato de época de una humilde familia austriaca cualquiera. Cualquiera, sí. Normal o común, en absoluto. El jóven Adolf es dibujado como un pequeño demonio, pero como un demonio humano, como un demonio absolutamente creíble. Y esto es así gracias a la tarea de Mailer de relatarnos a lo largo de casi dos terceras partes del libro el entorno de Hitler, su familia, los oficios de su padre, la psicología de los miembros de la familia Hitler, las fechorías de su hermano mayor... y de alguna manera todo esto sirve para situar al lector en una perspectiva en la que le resulte más verosímil la figura histórica de Hitler.

Y a pesar de su último y breve capítulo (el más flojo de todos) algo me dice que el autor tenía pensado continuar escribiendo las memorias de este enviado del Maligno. De hecho, la novela queda un poco coja cuando uno piensa que no hay nada más después de sus 500 págs. Bueno, por desgracia sí que lo hubo... todos sabemos muy bien lo que hubo después.

viernes, diciembre 14, 2007

Los regalos estrella para el niño y la niña

Más allá de las nintendos y playstations; los móviles de octava generación, los Mp3 y los tochos del Harry Potter; estas navidades los papás deberían regalar a sus retoños el peluche de Fluvi. Es tan entrañable, tan abrazable, tan... gay. Un poco gay sí que es, o al menos del género andrógino indefinido (a mí sigue sin quedarme del todo claro si Fluvi gasta chichi o nabo); pero estamos en la España del siglo XXI, y la ambigüedad sexual de un peluche no debería ser excusa para repudiarlo (acuérdense de Epi y Blas, la Pantera Rosa, Espinete, el Caballero Andrómeda o el Teletubi gay). Coño! Regálenle un Fluvi a sus hijos, no me sean homófobos!

Pero si lo que de verdad quieren es un regalo original, háganse con uno de esos peluches que hablan. Pero no de los que habla un idioma cualquiera; ya puestos, decídanse por el que habla en fabla aragonesa, que entramos en el año de la Expo 2008 y es lo que toca. A mí me parece un regalo de lo más exótico. Más aún que una muñeca hinchable de Galadriel que susurre obscenidades en el idioma élfico de la Tierra Media, puesto que, a buen seguro, exisitirán en este planeta más personas que dominen la lengua ficticia de Tolkien que nuestra fabla aragonesa.

Ya lo saben: Fluvi o peluche aragonés, o ambos dos. Ustedes mismos.

jueves, diciembre 13, 2007

Gran Scala: Ya está firmado

Por fin los medios nacionales se hacen eco de esta noticia de enorme trascendencia para el futuro del país. Últimamente no veo los telediarios, me crispan, siempre lo han hecho (a veces creo que están para eso, para amargarte la comida/cena); prefiero ver Padre de Familia o cualquier otra cosa. Por eso no sé si los telediarios de Matías Prats, Iñaki Gabilondo y compañía se han dormido en los laureles obviando esta noticia. Pero bueno, trasteando por las ediciones nacionales de los periódicos de España me encuentro con los siguientes titulares:

EL PAÍS.COM: Los Monegros, tierra de espías y casinos
El Gobierno de Aragón firma el macroproyecto de levantar 32 salas de juego en el desierto - Supone el triple de inversión que la T-4 de Barajas

elmundo.es: PRESENTACIÓN OFICIAL DEL PROYECTO
Una inversión de 17.000 millones para construir un 'Las Vegas' en Los Monegros
La primera fase comenzará a construirse en 2008 y acabará a mediados de 2010
Esperan atraer a 25 millones de turistas en 2015 y dar empleo a 65.000 personas

LARAZON.es «Gran Scala», el complejo de ocio más grande del mundo, se presenta en sociedad

A continuación les resumo la información recopilada:

No pudo ser en Dubai, no pudo ser en Francia, pero va a ser en el desierto de Los Monegros. De la arena surgirán 32 "casinos-museo", 70 hoteles, 232 restaurantes, 500 comercios, un campo de golf, un hipódromo, una plaza de toros, un camping, réplicas de las pirámides egipcias, de los templos romanos y hasta una del Pentágono que servirá de hotel para Spyland, un parque temático sobre el espionaje. Se llamará Gran Scala y necesita una inversión de 17.000 millones de euros para convertir el desierto en una tierra de espías y tragaperras. Es más del doble de lo que se invirtió en Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992 y casi cinco veces el presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente en 2007.

'Gran Scala', que se configurará como la segunda oferta mundial de casinos, sólo por detrás de Las Vegas (Estados Unidos), aspira a convertirse en el mayor destino turístico de la Península Ibérica, con 25 millones de turistas en 2015, de los que el 80% serán extranjeros, según cálculos de los promotores. Además, según las previsiones de negocio, las tasas de juego y otros impuestos reportarán unos ingresos anuales de 677 millones de euros a Aragón, y de otros mil millones a la Hacienda estatal.
En una primera fase, entre el tercer trimestre de 2008 y el segundo de 2010, se pondrán en marcha tres parques de atracciones y un primer grupo de casinos. En la segunda se construirá otro parque y varios casinos, pero el proyecto no culminará hasta 2023.

Mi opinión respecto a este proyecto no ha variado sustancialmente de lo que ya comenté en su día, así que os ahorraré más comentarios. Sólo espero que 'Gran Scala' no sirva únicamente para llenar esta tierra de viciosos, corruptos, maleantes y otros emisarios de Lucifer. Valga este nuevo post para complementar información.

Por cierto, Jodie Foster es lesbiana.

domingo, diciembre 02, 2007

«Say It's Not True»

Con los vellos de punta

Abro mi correo electrónico y me encuentro con que queenonline.com me manda "en exlcusiva" (ejem...) una de las nuevas canciones de Queen + Paul Rodgers grabadas en estudio para su nuevo álbum. «Say It's Not True» es una canción compuesta por Roger Taylor (el batería de Queen) dedicada a Nelson Mandela y a su causa por la lucha contra del virus del VIH. Una hermosa canción que ya fue interpretada por Taylor en directo en los festivales 46664 y en la gira de Queen. Solo que esta nueva versión en estudio está cantada por los tres vocalistas del grupo y cuenta con los típicos arreglos guitarreros marca de la casa, además de la perfecta fusión de voces en forma de coros.

Se me han puesto los pelillos de punta al escuchar esas voces y melodías. La guitarra de Brian May, el chorro de voz de Paul Rodgers (a pesar de esos ticks que no se quitará ya nunca) y... en fin, principalmente también por saber que el nuevo LP es ya una realidad y que no debe de faltar mucho para que salga a la venta. Tengo mucha curiosidad por ver qué es lo que nos pueden ofrecer los Queen sin Freddie Mercury y a estas alturas de la vida. En cualquier caso, espero que no decepcionen.