lunes, octubre 01, 2007

Dioses y genios

¡Oh, no! ¡¡La que se está armando!! Se comenta por ahí que la última película de un famoso escritor norteamericano es un pestiño ponzoñoso y que el último libro de un simpático director de cine es una mierda pinchada en un palo. Que Paul y Woody no son genios, sino impostores que nos tenían a todos engañados. Que no todo lo que tocan se convierte en oro. Que no hacen milagros como Jesucristo, Escrivá de Balaguer o Juan Pablo II. Que no son dioses al fin y al cabo, sino seres humanos, como tú y como yo. Seres imperfectos que cometen errores.

Ahí es donde radica la esencia de un genio, en su condición humana y, por tanto, imperfecta, que sin embargo son capaces de crear obras admirables y, al mismo tiempo, protagonizar sonados batacazos.

Ahí es donde radica la miseria de nuestra especie, que es incapaz de aceptar ni tolerar los errores ajenos, y menos aún los cometidos por los etiquetados como genios que a menudo son confundidos con dioses supremos.

Yo no quiero milagros ni divinidades, quiero emocionarme contemplando una escultura, leyendo una novela o viendo una película, quiero saber que el arte no es una ciencia exacta... Y en este mundo lo menos grave que puede suceder, el fallo más fácilmente perdonable, es la decepción que pueda provocar un artista admirado.

1 comentario:

Shirayuki Hanami dijo...

Sí, Derfel, está muy mal criticar desde la envidia y la mediocridad de los humanos normales, como son los críticos...

Pero a mi modo de ver está también igual de mas el endiosar a alguien tempranamente, decir que sus trabajos son obras maestras sólo porque gusten a una mayoría culta y/o alternativa y gafapastil. No digo que Woody Allen no haga buenas películas, que sean divertidas y te hagan pasar un buen rato echando unas risas, y que al ver las primeras dos o tres te parezcan incluso originales. Pero más allá (y salvo excepciones como Match Point) vuelve a ser más de lo mismo, y si no me equivoco, a alguien que hace muy bien un trabajo en el que está especializado no se le llama artista o genio, sino artesano...

Y de Paul Auster no digo nada porque no le coozco, pero puede que pase algo semejante.

Los críticos tienen bien merecida su desilusión, por idólatras, ea!