Decidí comprar este libro tras leer una estupenda crítica en el diario EL MUNDO. Presentaban a Saskia Noort como la nueva promesa de la novela negra, y destacaban el hecho de que los protagonistas de sus libros no son detectives ni policías, sino personas normales y corrientes que deciden investigar por su cuenta. La verdad, me pareció interesante.
Nada más empezar a leerlo me di cuenta del gran timo. La Sra. Noort no es que escriba muy bien (o quizás sea problema de la traducción, vaya usted a saber), lo cual le lleva a describir torpemente las situaciones supuestamente “tensas”. Francamente, la descripción del incendio en las primeras páginas del libro es tan artificial que ya dan ganas de dejarlo. Pero hasta el último momento mantuve la esperanza de encontrarme con algo sorprendente en esta obra.
Karen, la protagonista, es sin duda lo mejor de la novela. Aun así, se estremece demasiadas veces (una pequeña muestra de los escasos recursos de Saskia Noort).
La escritora insiste en subrayar la importancia de guardar las apariencias, de "la obligación” de encajar en la sociedad y, en definitiva, del eterno qué dirán. Pero de suspense, cero pelotero. Bueno, a partir de la pág, 200 (el libro tiene 268 págs.) Karen empieza a sospechar que algo huele mal y decide investigar por su cuenta y riesgo.
La trama da unos cuantos giros nada inesperados, por cierto. Además, los integrantes del Club gastronómico son más alcohólicos que la generación botellón y hay mucho folleteo mal escrito. El libro tiene algún momento bueno, pero eso no logra tapar la gran mentira que rodea toda la promoción de semejante bodrio.
Un simpático crítico nos dice en la portada que ‘El club gastronómico’ es un "retrato moral y a la vez una sátira mordaz". En fin, retrato moral sí. Pero yo lo de sátira mordaz no lo veo por ninguna parte, lo siento. Para colmo, Saskia Noort parece escribir expresamente para el público femenino, dando por sentado que las mujeres necesitan que los libros estén escritos de manera diferente, lo cual no deja de ser una torpeza más por su parte (además de ser denigrante para la mujer).
Afortunadamente, la novela se lee rápido y me la pude ventilar en cuatro noches. Como podéis ver, sólo hago reseñas de los libros/películas que me han gustado especialmente o me han defraudado; en este último caso, la crítica que le dedico es mala en todos los sentidos.
Nada más empezar a leerlo me di cuenta del gran timo. La Sra. Noort no es que escriba muy bien (o quizás sea problema de la traducción, vaya usted a saber), lo cual le lleva a describir torpemente las situaciones supuestamente “tensas”. Francamente, la descripción del incendio en las primeras páginas del libro es tan artificial que ya dan ganas de dejarlo. Pero hasta el último momento mantuve la esperanza de encontrarme con algo sorprendente en esta obra.
Karen, la protagonista, es sin duda lo mejor de la novela. Aun así, se estremece demasiadas veces (una pequeña muestra de los escasos recursos de Saskia Noort).
La escritora insiste en subrayar la importancia de guardar las apariencias, de "la obligación” de encajar en la sociedad y, en definitiva, del eterno qué dirán. Pero de suspense, cero pelotero. Bueno, a partir de la pág, 200 (el libro tiene 268 págs.) Karen empieza a sospechar que algo huele mal y decide investigar por su cuenta y riesgo.
La trama da unos cuantos giros nada inesperados, por cierto. Además, los integrantes del Club gastronómico son más alcohólicos que la generación botellón y hay mucho folleteo mal escrito. El libro tiene algún momento bueno, pero eso no logra tapar la gran mentira que rodea toda la promoción de semejante bodrio.
Un simpático crítico nos dice en la portada que ‘El club gastronómico’ es un "retrato moral y a la vez una sátira mordaz". En fin, retrato moral sí. Pero yo lo de sátira mordaz no lo veo por ninguna parte, lo siento. Para colmo, Saskia Noort parece escribir expresamente para el público femenino, dando por sentado que las mujeres necesitan que los libros estén escritos de manera diferente, lo cual no deja de ser una torpeza más por su parte (además de ser denigrante para la mujer).
Afortunadamente, la novela se lee rápido y me la pude ventilar en cuatro noches. Como podéis ver, sólo hago reseñas de los libros/películas que me han gustado especialmente o me han defraudado; en este último caso, la crítica que le dedico es mala en todos los sentidos.
2 comentarios:
Acabo de descubrirte, buscando una imagen de Saskia Noorrt. Efectivamente la novela del Club es infumable. Una cena de Navidad con una cesta "llena de perritos calientes para los niños y de diferentes salsas para las patatas fritas" es impensable en un club autenticamente gastronómico. O sea que puede ser club de pijos, de crochet, o de campo. Todo menos gastronómico.
Coincidmos, pues, en la crítica. La mía va publicada en mi blog: www.salopimienta.blogspot.com. Me gusta mucho el tuyo.
Saludos y feliz fin de semana.
Simplemente añadir que gran parte de la crítica nefasta tiene que ver con la traducción. Vivo en Holanda y hablo holandés. Para empezar, el título original es De eetclub, que quiere decir que un grupo de amigos quedan para cenar, en ningún momento se da por hecho que sean expertos cocineros. La traducción con el adjetivo gastronómico ya añade un elemento de confusion. Más acertado sería El club de la cena o Cena entre amigos.
En Holanda es muy importante no llamar la atención en la sociedad. Naturalmente hay libertad y respeto, pero son muy reservados para compartir la intimidad...por eso se insiste tanto en la novela, es un tema omnipresente en la sociedad holandesa.
En Navidad no se comen las exquisiteces que en España. Por lo general son muy moderados y tampoco existe la obligación de etiqueta que hay en España.
En fin, la novela describe la sociedad holandesa que no es fácilmente extrapolable a otras culturas.
En cualquier caso, me parece mucho mejor novela Terug naar de kust, que no ha sido traducida al castellano aún y se podría titular De vuelta a la costa.
Publicar un comentario