jueves, mayo 08, 2008

Pajares rompió su espejo

Mira tú que este Andrés Pajares pasado de rosca nos inspira mucho a los bloggeros. Hace tiempo que tenía intención de dedicarle un post. De hecho, mi idea era coger una foto del Al Pacino desquiciado en Scarface y ponerle la cara del señor Pajares, ahí masacrando a su abogado y a Don José Ortega Cano para dejarles en paz y no dejarles vivir. Aunque con eso de que Pajares se confesó bisexual hace unos meses… vete a saber si el vídeo que nos venden en El Intermedio como trucado es menos falso de lo que parece.

Pero tampoco se fíen de lo que vaya diciendo por ahí el sr. Pajares, ya que como ahora le da por imitar a Ozores, a lo mojor nos está diciendo una cosa cuando nos quiere decir otra bien distinta. Y no me pregunten a mí, porque ya no sé si este hombre se hospeda en un Hotel de lujo de Barcelona, o duerme en los calabozos municipales o está ingresado en un hospital psiquiátrico. Que se mueve más que los precios y no es nada fácil seguirle la pista.

Mi amigo Enrique el anónimo me hace llegar un articulito de Eme punto Vilas, y compruebo satisfecho que a ambos nos produce mucha mayor fascinación este Pajares renovado que el Drácula Ye-Ye que otrora fue. Eme punto Vilas comprende a Pajares. Yo creo comprenderlo también. Creo que llegó un momento en el que Pajares dejó de reconocerse al mirarse frente al espejo, olvidando que los espejos proyectan una imagen distorsionada de lo que somos, que incluso nos hacen vernos del revés. Un día, en aquel lujoso hotel, se miró al espejo y no supo distinguir si estaba contemplándose a sí mismo o a uno de sus personajes de ficción. Entonces, rompió el espejo para ver más allá de su reflejo, y el verdadero Pajares quedó atrapado en una cuarta dimensión (o quinta, si me apuran).

El detritus que hoy vemos en las pantallas es una caricatura de Pajares compuesta por los cientos de personajes de ficción que se han apoderado de su cuerpo. Lo manejan a su antojo y manchan el buen nombre de un artista sin par. No crean que el declive de Pajares se debe a las circunstancias de su vida personal y familiar, ni a los crueles designios del destino. No. Lo de Pajares es una putada como la copa de un pino; rompió su espejo y ahora está pagando las consecuencias.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy inteligente y sugerente la reflexión en torno al espejo y su rotura. Enrique el anónimo.

Anónimo dijo...

Me parece muy inteligente y sugerente la reflexión en torno al espejo y su rotura. Enrique el anónimo.

Anónimo dijo...

Perdón, no sé qué ha pasado. Enrique.

Shinnee dijo...

Interesante... según lo estabas contando no sé por qué me ha venido a la mente la puerta esta de Full Metal Alchemist tras la que se oculta La Verdad (y toda clase de pequeñas criaturas sin cuerpo y con ganas de pulular por nuestro mundo). El auténtico Pajares estará por ahí flotando con el cuerpo de Alfonse Elric mientras su homúnculo se pasea a sus anchas.

Pobrecillo, desde luego si está controlado por un refrito de papeles de ficción españoles, no me extraña que esté viviendo el esperpento que está viviendo. Porque vamos, es de verdadero esperpento, de todos los sitios del mundo en los que irrumpir a dar un susto, hacerlo en un despacho de abogados (encima, los tuyos). La lista de posibles cargos era tan larga que solo le faltaba que le acusaran de ponerse calcetines blancos con mocasines...

Me encanta leerte otra vez, Derfel ^^, a ver si no me atocino y vuelvo a sacar unos ratos libres para hacer vida en la bloggosfera.

Hatt dijo...

Y no os imagináis a Pajares diciendo: "Are you talkin' to me, abogadooo!".

Un saludete.