lunes, agosto 20, 2007

Me llamo Rojo

Esto de leer en la playa es una costumbre universal. Turistas extranjeros y nacionales coinciden en practicar el placer de la lectura a orillas del Mare Nostrum. Ya sea el MARCA, el Daily Mirror o lo último de Clive Cussler, es igual.

Varios son los libros que me he leído en mi sillita junto al mar. Este año debo destacar la novela de Orham Pamuk «Me llamo Rojo» (1998). Ante todo: original, cautivadora y desconcertante… En este enorme relato confluyen diversos narradores, existiendo una interconexión directa entre cada capítulo y entre lo narrado y quien lo narra. Una novela que se lee de un tirón, ya que desde la primera página el lector intuye que “debe” leerla de un tirón.

La libertad en la estructura, la sutileza de las palabras, la crítica mordaz a determinados tabúes que arrastra la sociedad turca desde hace siglos… Todo ello en una historia en la que cada cual tiene su granito de arena que aportar, pues todos tienen (tenemos) algo que contar; desde la buhonera hasta un árbol pueden adoptar el rol de narradores ocasionales.

Ahora bien, se trata de una lectura tremendamente exigente puesto que el propio Pamuk exige a su lector la misma lucidez de la que él mismo hace gala. Aun así, creo que merece la pena el esfuerzo de contemplar en «Me llamo Rojo» la hipocresía con la que se afrontan determinados asuntos como la homosexualidad, el fanatismo religioso o este mismo fanatismo unido al arte. Y es que… en algunas sociedades parece que es más fácil blasfemar que respirar. Y lo digo con todo el respeto a la libertad religiosa y con cariño a sus hermosos cultos, pero es que es así.

Ah! Todavía no he mencionado nada acerca del argumento de «Me llamo Rojo». Siempre me pasa lo mismo con este tipo de obras en la que el argumento es algo completamente accesorio. Pero bueno, para el que tenga curiosidad le adelanto que si osa abrir las páginas de este libro encontrará (entre otras muchas cosas) la historia de la elaboración de un libro secreto (y prohibido) encargado por el mismísimo Sultán, los asesinatos de dos personas relacionadas con ese libro y, también, la típica (o quizás no tan típica) historia de amor imposible.
La relación amor-odio entre Pamuk y su Estambul natal no es algo patológico y tiene su razón de ser. Por la temática de la obra, se percibe la vocación frustrada de Pamuk, quien soñó con ser pintor, aunque finalmente estudió arquitectura y periodismo. Y la jugada no le salió mal, puesto que el año pasado recayó el Premio Nobel de Literatura en su obra porque “al ir en búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la mezcla de las culturas”.

Observo con sorpresa que se trata de una novela muy criticada en diversos foros y blogs por anunciarse engañosamente como thriller histórico... Pero ¡señores! hay que leer con la mente abierta, si ves que una novela no es lo que te esperas no te limpies el culo con ella, sigue leyendo que seguro que algo bueno encontrarás. En mi memoria quedarán grabados, sobre todo, los capítulos narrados por un falso soltaní otomano, el capítulo del caballo pintado en el libro secreto, el del Diablo, la mujer…

7 comentarios:

Charles X dijo...

Oído cocina!
Lo añado a la cesta de la compra de futuros libracos a ocupar espacio en mi cuarto,yo empece esencia oscura de Tim Powers, mas fantasia historica que otra cosa. No se si le molara a usted,por aquello de que normalmente recomienda libros y demas con un trasfondo... pero bueno,ahi queda.
Que le vaya bene todo

Lord Derfel Cadarn dijo...

No hombre, que yo leo de todo: Matilde Asensi, Stephen King, Milan Kundera, José Saramago, Enrique Cebrián... de todo.

He buscado por internet y me temo que el libro que recomiendas no debe de ser fácil de encontrar, por la editorial (Gigamesh) y por el año de la edición. En la web de fnac ni estaba, pero en amares.com me informan de que 'Esencia Oscura' es una curiosa mezcla de los mitos del Rey Pescador, el ciclo artúrico y diversas leyendas árabes...

No tiene mala pinta, no. Si lo veo por alguna librería le echaré un vistacillo.

Y de temática artúrica te recomiendo, cómo no, las "Crónicas del señor de la guerra" de Bernard Cornwell.

Saludos!

Anónimo dijo...

¡Cuánto cabrón hay por ahí! Jeje. Besitos.

Shinnee dijo...

Yo en la playa solo puedo leer novelillas que no me retuerzan mucho la meninge, y en papel reciclado a ser posible, que si no el sol me refleja y me entra el sueño (y si me duermo al sol no me doy vuelta y vuelta y me churrusco... aunque bueno, este año no tengo estos problemas porque no he pisado la playa jeje).

La gente es muy estrecha de miras. Conseguir que haya un libro que la mayor parte de la gente que lee algo lea es complicado, pero una vez que lo consigues, no les saques de ahí. Solo quieren "codigodavinchis" (por cierto, habéis visto anunciada esa serie de la 3, la 5, no se qué cadena... "el enviado de Roma", o algo así? Me huele a otra chamusquina danbrownera más XD), "pilaresdelatierra" y "sombrasdelviento", que están bien, pero no es como para agarrarse a ellas de ese modo...

Lord Derfel Cadarn dijo...

¡¡La meninge!! No es esa la glándula cerebral que dicen que si se inflama te pide la práctica de la sodomía (¿recuerdan aquella opinión vertida en la COPE: http://www.youtube.com/watch?v=1iQTot6SFb8 ?).

¿Has veraneado en algún pueblo costero y no has visto el sol? Eso tiene su mérito. Yo como si nada, porque aunque regresé más moreno que Zaplana, en una semana ya estoy blanquito otra vez.

Sí, la sombra del CódigoDaVinci es alargada y, aunque va bien para "la industria" editorial, es bastante dudoso que sea buena para la Literatura ni que realmente aporte algo de provecho a quien lo lee (más allá del puro entretenimiento... con el riesgo de "aprender" datos falsos acerca de la historia de la humanidad, jeje, que yo me entretengo con lo que leo sin necesidad de contaminar mi mente de falacias). Pero bueno, que conste que "La sombra del viento" es de otro palo completamente distinto.

Ya me recomendarás tú algo majo pa leer ¿Ok?

Chau!

Anónimo dijo...

¡Escribe algo, coño! ¡Que tienes el chiringuito dejao! ¡Y, para colmo, yo no puedo escribir porque me he muerto! ¡Escribe, coño!

Anónimo dijo...

Me dicen que en Tortosa tese pone gorda.
Y yo que me alegro.