Los crustáceos sienten dolor cuando cae en la olla de agua hirviendo
«Las gambas y otros crustáceos experimentan dolor cuando acaban en el puchero o la sartén, contrariamente a lo que pensaban algunos expertos, según el último estudio científico.
Hace dos años, investigadores noruegos llegaron a la conclusión de que eso era imposible dado que los sistemas nerviosos de los crustáceos no eran lo suficientemente complejos. Sin embargo, un estudio que se publica en el último número de la revista 'Animal Behaviour', recogida en 'New Scientist', contradice esas conclusiones e indica que esos animales experimentan también dolor.
Un grupo de científicos dirigido por Robert Elwood, experto en comportamiento animal de la Queen's University de Belfast, echó ácido acético (del vinagre) a parte de las antenas de 144 gambas. Inmediatamente, las criaturas empezaron a frotar las antenas afectadas, pero no las demás, lo que, según Elwood, "es consistente con la interpretación de la experiencia del dolor"» .
Éste es el tipo de avances que necesita la ciencia y noticias como éstas son las que hacen estremecer al lector cada mañana mientras lee su periódico. No obstante, a mí estos científicos me parecen un pelín sádicos y sus métodos resultan excesivos. El solo hecho de imaginarme la reacción de las pobres 144 gambas (ni una más, ni una menos) al contactar sus antenas con el ácido acético… ufff!! Y encima el redactor nos transmite los hechos con todo el dramatismo posible: “Inmediatamente, las criaturas empezaron a frotar las antenas afectadas”. Esto sí que es periodismo de impacto y no “El Buscador” calvo ese de Tele 5. ¿Estamos?
Retiran el gel vaginal que había intoxicado a siete bebés en Madrid
Hace dos años, investigadores noruegos llegaron a la conclusión de que eso era imposible dado que los sistemas nerviosos de los crustáceos no eran lo suficientemente complejos. Sin embargo, un estudio que se publica en el último número de la revista 'Animal Behaviour', recogida en 'New Scientist', contradice esas conclusiones e indica que esos animales experimentan también dolor.
Un grupo de científicos dirigido por Robert Elwood, experto en comportamiento animal de la Queen's University de Belfast, echó ácido acético (del vinagre) a parte de las antenas de 144 gambas. Inmediatamente, las criaturas empezaron a frotar las antenas afectadas, pero no las demás, lo que, según Elwood, "es consistente con la interpretación de la experiencia del dolor"» .
Éste es el tipo de avances que necesita la ciencia y noticias como éstas son las que hacen estremecer al lector cada mañana mientras lee su periódico. No obstante, a mí estos científicos me parecen un pelín sádicos y sus métodos resultan excesivos. El solo hecho de imaginarme la reacción de las pobres 144 gambas (ni una más, ni una menos) al contactar sus antenas con el ácido acético… ufff!! Y encima el redactor nos transmite los hechos con todo el dramatismo posible: “Inmediatamente, las criaturas empezaron a frotar las antenas afectadas”. Esto sí que es periodismo de impacto y no “El Buscador” calvo ese de Tele 5. ¿Estamos?
Retiran el gel vaginal que había intoxicado a siete bebés en Madrid
Esta noticia tiene ya más de un año, pero es otro ejemplo de las cosas que me impactan de cierto modo o manera. «Siete niños resultaron intoxicados por ese producto. Los padres les habían aplicado por error el jabón vaginal en la boca y la nariz. El producto estaba incluido en unas canastillas con muestras gratuitas. El Ministerio de Sanidad y Consumo ha ordenado la retirada del mercado de un producto destinado a la higiene íntima que estaba incluido en una canastilla para recién nacidos y que provocó problemas a varios bebés al ser confundido con suero fisiológico por su envase.
La solución limpiadora forma parte del 'Estuche Chiquitín', distribuido gratuitamente en centros sanitarios. Aunque la empresa fabricante y la distribuidora aseguran que el gel estaba convenientemente etiquetado, Sanidad ha ordenado retirarlo para evitar males mayores y confusiones”».
Ahí está la cuestión. Ocurre lo mismo con los medicamentos con “forma de caramelo”, pero en este caso resulta todo más ridículo y a veces uno no puede evitar preguntarse si las intoxicaciones no se han debido más bien a la necedad de unos padres que no saben leer las etiquetas de los productos que aplican a sus bebés. No sé ustedes, pero yo antes de darle algo a mi niño, leería bien qué es lo que tengo entre mis manos. Pero la solución más fácil es retirar los productos del mercado, ea! Pues miren, yo aquí tengo una reivindicación que hacer. Resulta que la caja del Hemoal es ciertamente parecida a la de otro producto llamado Trombocid. Imagínense ustedes que uno tiene una almorrana palpitando por ahí abajo y que va corriendo al botiquín para aplicarse un poco de Hemoal que alivie sus picores y molestias. Con las prisas echa mano del Trombocid y… aaaggggghhh!!! No me quiero ni imaginar las desastrosas consecuencias que pueden derivarse de un error tan fatal. Mucho más espeluznante que lo de las pobres 144 gambas.
¡Hagan algo ya! Y de paso, retiren del mercado a Glen Close para que no la confundan más con Meryl Streep ni con la Sra. Dubtfire.
La solución limpiadora forma parte del 'Estuche Chiquitín', distribuido gratuitamente en centros sanitarios. Aunque la empresa fabricante y la distribuidora aseguran que el gel estaba convenientemente etiquetado, Sanidad ha ordenado retirarlo para evitar males mayores y confusiones”».
Ahí está la cuestión. Ocurre lo mismo con los medicamentos con “forma de caramelo”, pero en este caso resulta todo más ridículo y a veces uno no puede evitar preguntarse si las intoxicaciones no se han debido más bien a la necedad de unos padres que no saben leer las etiquetas de los productos que aplican a sus bebés. No sé ustedes, pero yo antes de darle algo a mi niño, leería bien qué es lo que tengo entre mis manos. Pero la solución más fácil es retirar los productos del mercado, ea! Pues miren, yo aquí tengo una reivindicación que hacer. Resulta que la caja del Hemoal es ciertamente parecida a la de otro producto llamado Trombocid. Imagínense ustedes que uno tiene una almorrana palpitando por ahí abajo y que va corriendo al botiquín para aplicarse un poco de Hemoal que alivie sus picores y molestias. Con las prisas echa mano del Trombocid y… aaaggggghhh!!! No me quiero ni imaginar las desastrosas consecuencias que pueden derivarse de un error tan fatal. Mucho más espeluznante que lo de las pobres 144 gambas.
¡Hagan algo ya! Y de paso, retiren del mercado a Glen Close para que no la confundan más con Meryl Streep ni con la Sra. Dubtfire.
Coitus interruptus
Sucede pocas veces, pero cuando te toca parece como si el mundo se te cayera encima y el sentimiento de frustración es máximo. Imagínense; estaba yo leyendo placenteramente tumbado sobre mi camita, enganchado a una novela titulada “La boca del Nilo” (de León Arsenal), viendo arribar a los enviados de Nerón a lugares tan remotos que parecían hallarse en otro planeta. Una estupenda novela histórica que me había hecho acudir varias veces al google earth y a otros Atlas para ver de cerca las localizaciones exactas o, más bien, para comparar lo lejos que estuve yo –que tan solo llegué hasta Abu Simbel– de la llamada “boca del Nilo”.
Sucede pocas veces, pero cuando te toca parece como si el mundo se te cayera encima y el sentimiento de frustración es máximo. Imagínense; estaba yo leyendo placenteramente tumbado sobre mi camita, enganchado a una novela titulada “La boca del Nilo” (de León Arsenal), viendo arribar a los enviados de Nerón a lugares tan remotos que parecían hallarse en otro planeta. Una estupenda novela histórica que me había hecho acudir varias veces al google earth y a otros Atlas para ver de cerca las localizaciones exactas o, más bien, para comparar lo lejos que estuve yo –que tan solo llegué hasta Abu Simbel– de la llamada “boca del Nilo”.
Página 480 de la edición de bolsillo (colección Diamante nº 39 de Edhasa), Basílides y Junio Agrícola discuten acerca de la identidad del topo infiltrado en la vexillatio. Un momento especialmente tenso... cuando miro la página siguiente y algo no concuerda. De la 480 hemos pasado de un salto a la 513. «No me puedo creer que esto me esté pasando a mí, si no me quedaban ni 100 páginas para terminar la novela…».
«Pues sí, Derfel. Te jodes, hoy no podrás llegar al final de este viaje. Mañana tendrás que ir a Fnac con el ticket de compra a ver si te hacen el favor de cambiártelo. Y aun así, sabes de sobra que esa edición de bolsillo no suele abundar en las estanterías de Fnac, que te harán esperar a que llegue la siguiente remesa y que el coitus interrupus ya no te lo quita ni Dios».
Esta mañana he acudido consternado al mencionado establecimiento y me lo han cambiado sin problemas (no sin antes comprobar página tras página el nuevo ejemplar del libro), así que esta noche podré concluir, por fin, sin sorpresas ni contratiempos, “La Boca del Nilo”.
3 comentarios:
La conclusión a la que se llega en el tema éste de las gambas me parece poco científica.
Dicen que el aparato nervioso de los artrópodos es de los más evolucionados en invertebrados, sobre todo el de cefalópodos.
¿Gel vaginal? O_o Pobres bebés.
Pues aún así, has tenido suerte de que te cambiasen la novela por otro ejemplar igual. Posiblemente en otro tipo de tienda te hubieran dicho que no aceptan devoluciones de ese tipo... no sé.
Lo de las gambas me parece muy fuerte... pero no creo que los cocederos de marisco cambien su modus operandi, no me los imagino yo sacrificando sin dolor a todas las gambas antes de meterlas en la cazuela... ni siguiera con las cigalas o bogavantes, que son como más grandes...
Sobre lo del gel vaginal... pues a lo mejor habría que ver de qué colectivo social eran las madres de los bebés afectados, puesto que al ser gratuito y repartirse en hospitales públicos a lo mejor eran extranjeras o no sabían leer... Y si resulta que sí saben leer pues darles de collejas hasta la muerte...
Y sobre lo del coitus interruptus, pues menos mal que te lo cambiaron cuando hacía más de un mes que lo habías comprado, qué majos son en la Fnac, si ya lo sabía yo...
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